domingo, 27 de diciembre de 2009

Una cosa me faltó oir. misericordia y apoyo a las familias rotas

Esta mañana he estado en la Misa de la Plaza de Lima por la Familia (en la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia). No me sobró nada de lo que escuche pero sí me falto algo, para mi muy importante.
Hacía memoria y me daba cuenta de que yo no había estado nunca en ninguno de esos eventos eclesiales a los que he podido acudir fácilmente, y me pregunté por qué. Incluso he podido estar a dos metros de Juan Pablo II pero decliné el ofrecimiento. Mi propia respuesta es que uno no quería significarse como un "meapilas" en ambientes pretendidamente ilustrados, pero también sucedía otra cosa, creo que más importante: la sociedad convivía con sus manifestaciones religiosas de forma bastante natural, iba quien quería y quien no, no iba. A nadie se le estigmatizaba por ser o por no ser católico (estoy hablando de la época que yo viví más conscientemente: desde los años setenta en adelante).
Pero hoy, en mi opinión, el clima social ha cambiado. Es posible que no mucho en relación al alto porcentaje de no practicantes, de agnósticos, de ateos, o de otras religiones (aunque es posible que sí se haya incrementado mucho el porcentaje de indiferentes o incluso de ignorantes del hecho religioso). Seguro, por tanto, que ya antes había un grandísimo porcentaje de no católicos ejercientes. Pero el clima social ha cambiado en el sentido de que ha aflorado un pequeño porcentaje de personas extraordinariamente beligerantes y francamente anti-católicas (no confundir con anti-clericales que siempre los ha habido, son de muy distintas capas sociales y hasta incluso han tenido motivos para serlo). Sin embargo, ese pequeño porcentaje en número tiene un gran eco social en los medios de comunicación y un gran poder político, porque coincide en gran parte con la CASTA PARASITARIA (algunos le llaman a ese gremio "políticos", pero no tienen interés ni por la "polis" ni por el viento, sino por lo suyo propio) de TODOS los partidos políticos (algunos por obedecer a intereses ocultos, otros por miedo a la demoscopia o a aparecer como retrogrados y otros por propia convicción) y otros gremios que dependen de subvenciones para subsistir. Ese grupo pequeño en número pero grande en poder se aprovecha e instrumentaliza a ese gran número de personas que no se manifiestan porque para ellos no es un problema que el hecho católico siga formando parte del paisaje cultural de esta sociedad.
Por eso, aunque hoy he ido por varias causas (también mi propia situación personal), el impulso más importante me lo ha dado la convicción de que esa secta quiere, con la excusa del laicismo, cargarse a la Iglesia en España. Es fuerte pero así lo pienso. Y ya se convierte el acudir a estos actos en una actitud de defensa, un intento de oposición a ese objetivo. (Por esa misma razón caigo en la cuenta de que mis comentarios en el blog se han vuelto tan monográficos sobre el asunto religioso, cuando no era mi pretensión exclusiva).
Estoy contento de haber ido. No me sobró nada de lo dicho.
Pero me falto escuchar que la Iglesia también está próxima a las familias rotas por diversas causas (lo cual es así en la realidad, en muchas ocasiones), que su ocupación y plegaria también se extiende a ellas (hoy, no pocas).
Me falta que la alternativa al fracaso matrimonial, con su variopinta casuística, sea exclusivamente el Tribunal de la Rota tal como hoy funciona.

1 comentario:

  1. Estimado amigo:

    Tu blog ha sido galardonado con el Premio al Blog Inteligente.

    Lo puedes recoger aquí: http://elfiloloco.blogspot.com/2010/01/i-edicion-de-premios-al-blog.html

    ¡Felicidades! :-)

    ResponderEliminar

Free counter and web stats