Que lo sepan aquellos amables internautas de otros países que me honran con sus visitas.
Ayer en Madrid, a las 9 de la noche, vi como alrededor de 8 personas se echaban encima de unos contenedores de basura que estaban llenando los empleados de la cadena de alimentación más barata en España. Para poder rescatar restos de alimento me imagino que poco presentables o caducados. No me paré mucho por respeto a ellas, pero su imagen no parecía la de los pobres de los vestidos rotos y mugrientos, la de los vagabundos que duermen en las calles. Días antes un anciano dignamente vestido y aparentemente con Parkinson me abordaba para pedir una limosna. Por cierto, la gente va a pedir ayuda a las iglesias, no a las sedes de los partidos políticos o sindicatos. A las iglesias de la Iglesia Católica, a la que los actuales gobernantes en el poder querrían erradicada de la vida pública. ¿Por qué será?
Hace un tiempo (la vida es pura paradoja) una compañera "Trabajadora Social" criticaba la manera de hacer de CARITAS. Y hete aquí que hoy los servicios sociales tan profesionales que tenemos no impiden que esta organización haya atendido en cosas tan básicas como dar de comer en el año pasado a cientos de miles de personas.
Están los políticos hablando de que hay que hacer sacrificios y de recortes. Pero no dicen ni una palabra de los sacrificios y recortes que están dispuestos ellos a asumir.
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