martes, 12 de octubre de 2010

"La muerte no es el final" es una canción religiosa que canta la Resurrección y su autor es Cesáreo Gabaraín

Hoy se ha celebrado el desfile del Día de la Hispanidad. Y también el acto de recuerdo a los caídos por España. Como momento más intenso siempre destaca el canto de los soldados "La muerte no es el final". Me temo que para el gran público es un himno militar bastante emocionante (incluso para aquellos que cantaban aquello de que " a mi la música militar nunca me supo levantar" -¿alguien sabe a lo que me refiero o ya es estribillo muy viejo?-). Resulta que quizá los ideólogos pro-gubernamentales actuales, (que tienen claro atacar todo lo que tenga que ver con cristianismo, pero que también les falta la formación y cultura suficientes como para no columpiarse diciendo que el Papa había regalado una joya o algo así de perlas, creo recordar, a la esposa de Zapatero, ¡cuando era un rosario!) tampoco saben que es la adaptación de un canto religioso cristiano, que recuerda la promesa de Jesús de la resurrección con Él. La letra que cantan en el arreglo militar también menciona a la fe en la resurrección, como dice el mismo título. Si se enteran, quizá lo prohiban cantar a los militares. Estos que pretenden que la retribución de los militares solo es su sueldo (a eso le llamaban antes ser mercenario). La versión tocada por una banda militar bien afinada, su cadencia honda y solemne, y la letra cantada por soldados (y soldadas, que diría Aído) a todo pulmón y en grupo grande, cantada muchas veces por compañeros de los mismos difuntos, ponen los pelos de punta a cualquiera... creo que también porque reafirman la esperanza escatológica definitiva (al diccionario, los de la joya de perlas). Para que vean los bienintencionados que dicen que hay que erradicar todo lo cristiano de la vida pública y no se dan cuenta que hacerlo no supone sacarse una muela, sino extirpar el corazón, o mejor el cortex de nuestra cultura.


Pues bien, resulta que su autor es un cura llamado Cesáreo Gabaraín, ya fallecido. Es también autor de decenas de canciones que se cantan muy frecuentemente en las iglesias de habla española. Me apetece darlo a conocer para quien lea ésto y no lo conociera. Incluso para los no "practicantes" les resultará familiar más de una, por ejemplo, "Pescador de hombres". Canciones que se han podido cantar desafinadamente por cuatro ancianos en una iglesia perdida, pero que pueden sonarle a Dios mejor que una gran sinfonía tocada por la Filarmónica de Berlín, porque es una oración. Ya que Dios no sabe de masas sino de personas concretas, cada una la más importante por inservible que sea para el mundo. "La muerte no es el final" es un himno que se canta en los funerales, en las iglesias, es oración por los difuntos y es consuelo para sus deudos. Oración y consuelo para mucha gente sencilla, no está mal. No sé si la SGAE se habrá preocupado de recaudar sus derechos de autor (pisando sus inspectores las perdidas iglesias de las aldeas más remotas). Eso es parte de lo que pudo entregar a Dios Cesáreo Gabaraín cuando murió con 55 años, no creo que en ese momento le haya importado si la SGAE le había pagado o no. Dejo enlaces referidos a a él y sus canciones:

http://es.wikipedia.org/wiki/Ces%C3%A1reo_Gabar%C3%A1in
http://www.enciclopediacecilia.org/wiki/Ces%C3%A1reo_Gabar%C3%A1in

La letra de la susodicha canción:
Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.

Tú nos hiciste, tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.

Cuando la pena nos alcanza
por el hermano perdido,
cuando el adiós dolorido
busca en la fe su esperanza.

En tu palabra confiamos
con la certeza que Tú
ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz.
Ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz

Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo
nos regalaste la vida,
como en Betania al amigo.

Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
porque muriendo vivimos
vida más clara y mejor.


A mi me gusta. Anima a la esperanza. Y en el trozo que los militares cantan "en tu palabra confiamos", no se refieren a Zapatero, ni a ningún otro hombre salvo a Jesús de Nazaret.

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