martes, 14 de julio de 2009

Correo urgente a mi terapeuta conductista skinneriana

Paloma, como tú sabes de mis impulsos a poner el mar por medio, y no estando, por ahora, aún la fruta madura (Forges, que no Ortega, diría "mi circunstancia", a fuer de que ya se haya pasado el arroz), voy, al menos, a abrir las puertas a un cambio en mi rutinaria y decadente vida: hay que estar atento a lo que le acontece a uno y observar las señales que van apareciendo para guía del camino. O sea, que como hoy me ha llegado un anuncio en el que se me ofrecía preparar oposiciones a policía nacional o bombero, a mi somera edad, he decidido presentarme a las segundas (de nación gallega, tengo algo aprendido de incendiario, y ya se sabe que los mejores profesionales son aquellos que conocen la profesión desde el otro lado). Cuento con mi curriculum de bombero-torero... tengo más de la mitad del camino recorrido. Así que, a partir de ahora, no me preguntéis sobre la profesión en la que estoy asalariado, ese aburrido campo paracientífico y sobretodo tan poco lucrativo, solo hablaré de lo concerniente a los bomberos. Y en mis momentos de descanso, de torerías.
¿Qué opinas?
Tu paciente, A modiño

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