sábado, 25 de julio de 2009

Festa en Santiago

Hoxe é o día de Santiago. Festa do meu "pueblo" (os veciños das aldeas dicían que ían ó "pueblo" cando tiñan que visitar Compostela, cidade universal). Hoxe é o vintecinco do mes de Santiago, tamén así se lle chama a Xullo. Hoxe celebran o santo: meu fillo, meu irmán, meu tío. E lembro a meu pai, ó meu "abuelo", e a mais que tiñan ese nome.
Festa rachada. Foguetes, xigantes e cabezudos, o Coco e a Coca, roscas, viño, comida e baile. Visita á Catedral. E agora moitas cousas mais novas.
Ainda que a algúns non lles goste, estas festas refrexan a cultura dun pobo. Algúns queren cambiar séculos de cultura. Odian de onde veñen. Eu, pola miña banda, tento de falarlle ós meus fillos de algunhas historias, de algúns costumes. Non sei se fago ben. Non sei con qué exito (de pequeno regalei ó meu fillo a camiseta branca e azul de Fran- quen non saiba quen é, que non siga leendo-, pero hoxe él prefire unha branca co nome dun tal Kaká nas costas, ainda que lle pico dicíndolle que cómo se atreve a ir pola rua con caca). Isto non quere dicir que non se sexa crítico ca nosa historia. Non todo o da nosa historia é bo. Estou leendo unha novela na que sae a Inquisición. Nin contextualizado para ese tempo foi algo bo, foi moi malo, sen paliativos.
Unha placa fronte ó sepulcro de Santiago di o seguinte:
"Yo, obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal, desde Santiago te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: vuelve a encontrarte. Sé tú misma". El Papa en su peregrinación a Compostela. 9 de noviembre de 1982.
Porque á alternativa que algúns queren propoñer é a nada, a terra queimada: o individualismo hedonista e relativista. Xa pasou en Babel.

Quería recordar a festa de Santiago. Quixera que esta festa lle
dixese algo ós meus fillos.

Hoy es el día de Santiago. Fiesta de mi "pueblo" (los vecinos de las aldeas decían que iban al "pueblo" cuando tenían que visitar Compostela, ciudad universal). Hoy es el veinticinco del mes de Santiago, también así se llama a Julio. Hoy celebran su santo: mi hijo, mi hermano, mi tío. Y recuerdo a mi padre, mi abuelo, y a más que tenían ese nombre.
Fiesta sin medida. Cohetes, gigantes y cabezudos, el Coco y la Coca, rosquillas, vino, comida y baile. Visita a la Catedral. Y ahora muchas cosas más modernas. Aunque a algunos no les guste, estas fiestas reflejan la cultura de un pueblo. Algunos quieren cambiar siglos de cultura. Odian de donde vienen. Yo, por mi parte, intento hablar a mis hijos de algunas historias, de algunas costumbres. No sé si hago bien. No sé con qué éxito (de pequeño le regalé a mi hijo una camiseta blanquiazul de Fran -quien no sepa quien es, que no siga leyendo- pero él hoy prefiere una blanca con el nombre de un tal Kaká en la espalda, aunque le pico diciéndole que cómo se atreve a ir por la calle con caca). Esto no quiere decir que no se sea crítico con nuestra historia. No todo lo de nuestra historia es bueno. Estoy leyendo una novela en la que sale la Inquisición. Ni contextualizado para esa época, fue algo bueno, fue muy malo, sin paliativos.
Una placa frente al sepulcro de Santiago dice lo siguiente:
"Yo, obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal, desde Santiago te lanzo, vieja Europa un grito lleno de amor: vuelve a encontrarte. Sé tú misma". El Papa en su peregrinación a Compostela. 9 de noviembre de 1982.Porque la alternativa que algunos quieren proponer es la nada, la tierra quemada: el individualismo hedonista y relativista. Ya pasó en Babel.
Quería recordar la fiesta de Santiago. Quisiera que esta fiesta le dijese algo a mis hijos.

2 comentarios:

  1. Querido amigo:

    Eres merecedor de un Premio Caballero de Dios, que Zadlander ha otorgado a todos los colaboradores de Red Hispania.

    Asimismo, si no has recogido aún todos los otros Premios que Red Hispania ha ido recibiendo a lo largo de estos meses, puedes hacerlo ahora.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, muchas gracias.
    Un cordial saludo

    ResponderEliminar

Free counter and web stats