lunes, 22 de diciembre de 2008

Alguna respuesta al porqué del bajo coste de la mentira política

Hechos a fecha de diciembre 2008: Tres millones de parados en España y subiendo...
1.Si las ideas políticas se configuran como si fueran convicciones religiosas, la capacidad para ser críticos con el credo considerado como propio se ve muy disminuida. Veamos un ejemplo gráfico:
"Motivos para creer" es la definición de teología.

Las ideas son "a priori" que no se contrastan con los hechos sino que éstas los justifican.

La credibilidad se instala, no en el hecho mismo, sino en quién lo cuenta. Hechos similares son valorados de forma radicalmente opuesta dependiendo de quien sea su agente responsable: Ejemplo: Prestige versus incendio de Guadalajara, accidente del avión y helicóptero militares, crisis económica gestionada por unos o por otros...

2.Por otra parte, la capacidad del humano para convivir en la disonancia entre supuestas ideas políticas y actitudes vitales contrarias parece grande. Por ejemplo, los ricos se sienten cómodos sintiéndose "socialistas" aunque ellos no socialicen más de lo necesario sus bienes; hay personas que defienden la escuela pública pero llevan a sus hijos a colegios privados; otros critican a instituciones como la Iglesia, pero sus recursos de asistencia social los aprovechan en épocas de crisis para amortiguar la conflictividad social...
La prueba del algodón para saber qué piensa realmente una persona es qué hace con su DINERO.

3.Acaso la historia de los usos y costumbres denostados y aceptados, o incluso admirados también pesa. El pícaro español desde el "Lazarillo de Tormes" como figura de superviviente ahí está.

4.Y si además el mentiroso no tiene castigo aparente... En EEUU un presidente tuvo que dimitir por mentir (Watergate).

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