martes, 16 de diciembre de 2008

La verdad y la mentira en las sociedades democráticas

1.¿Da igual mentir si se trata de conseguir el poder o que triunfen las propias ideas? El caso es que ahora estamos comprobando que se puede convencer socialmente con la mentira y que incluso la reacción social a ésta, puede ser completamente tibia. ¿Pero son sanas las sociedades llamadas democráticas en las que mentir no tiene consecuencias? ¿Son legítimos los parlamentos que dicen representar a estas sociedades? Opino como J. F. Revel (El conocimiento inútil, 1998).:
"La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira. […]el perfeccionamiento acelerado de las técnicas de transmisión, y el auténtico continuo del número de individuos que de ella se aprovecharán, harán aún más del siglo XXI la época en que la información constituirá el elemento central de la civilización. […]Las sociedades abiertas, para utilizar el adjetivo de Henri Bergson y de Karl Popper, son a la vez la causa y el efecto de la libertad de informar y de informarse. Sin embargo, los que recogen la información parecen tener como preocupación dominante el falsificarla, y los que la reciben la de eludirla. […]La democracia no puede sobrevivir sin una cierta dosis de verdad. No puede sobrevivir si esa verdad queda por debajo de un nivel mínimo. Este régimen, basado en la libre determinación de las grandes opciones por la mayoría, se condena a sí mismo a muerte si los ciudadanos que efectúan tales opciones se pronuncian casi todos en la ignorancia de la realidad, la obcecación de una pasión o la ilusión de una impresión pasajera. La información en la democracia es tan libre, tan sagrada, por haberse hecho cargo de la función de contrarrestar todo lo que oscurece el juicio de los ciudadanos, últimos decisores y jueces del interés general. Pero, ¿qué sucede si es la misma información la que se las ingenia para oscurecer el juicio de los jueces? […]Occidente ha comprendido desde hace tiempo que en una sociedad que respira gracias a la circulación de la información, regular esta circulación constituye un elemento determinante del poder. […]Hoy, como antaño, el enemigo del hombre está dentro de él. Pero ya no es el mismo: antaño era la ignorancia, hoy es la mentira".
La mentira en un representante de la voluntad popular no es solo una lacra por su propia naturaleza, sino que inhabilita radicalmente al político que la practica, porque engaña a quien lo elige con aquello por lo que ha sido elegido: lo que dice que piensa o lo que promete que va a hacer (declaraciones, programas electorales). A su vez, como consecuencia del origen doloso del poder obtenido, la legitidad del político mendaz para ser obedecido por los ciudadanos es nula.
Ejemplos próximos:
-Rajoy promete 2 millones de puestos de trabajo: http://es.youtube.com/watch?v=yMtCF6oVcVM
-Zapatero promete 2 millones de puestos de trabajo: http://www.youtube.com/watch?v=8nSEmcdu94g
-Zapatero promete el pleno empleo: http://www.youtube.com/watch?v=Tf4EPpJUIow&feature=related

2.¿Puede la propaganda convertir la mentira en verdad?
"Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad" Paul Joseph Goebbels.
http://es.youtube.com/watch?v=yqxc8SeMHwg&feature=related
http://es.youtube.com/watch?v=A6ztuGgpRkk&feature=related

3.Pero ¿qué sucede si una sociedad legitima con su voto al político que miente de forma flagrante? Ello no vuelve en verdad a la mentira, pero sí hace a la sociedad corresponsable de la mentira del representante elegido por ella. Y la mentira aceptada socialmente ¿no tendrá su origen en la vida concreta de las personas que forman la sociedad en la que se instala? Lo social ¿no es fruto de lo individual?

4.Penúltima pregunta: ¿En una sociedad en la que campa la mentira puede el individuo buscar la verdad?

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