jueves, 23 de abril de 2009

Cervantes las pasó canutas y tuvo que pluriemplearse para sobrevivir... Y ese señor sí que era un artista

En el día en el que se lee El Quijote, una obra de arte inmensa

¿Por qué se entienden como de “autoridad” los argumentos políticos e ideológicos de determinados actores (que de lo que saben, si lo saben hacer bien, es solamente reproducir teatralmente textos y acciones que han escrito otros), cantantes (que de lo que saben, si lo saben hacer bien, es solamente cantar canciones hechas por otros generalmente), escritores de novelas (que de lo que saben, si lo saben hacer bien, es solamente imaginar una historia y escribirla)? Solo son artesanos que saben de un oficio, y eso, solamente los que lo hagan bien. ¡Y qué grande la palabra "artesano"! De ingeniería sabrá un ingeniero, de pintura un pintor, pero Ramoncín o Bardem, conocidos mundialmente por sus grandes aportaciones al acerbo cultural de la humanidad, no saben más de política o de cualquier otro tema cultural que cualquier otro ciudadano. Sin embargo, en esta cultura solo lo que sale por TV queda validado. Hoy está mal visto el gremialismo, excepto cuando se manifiestan determinados actores o famosetes del entretenimiento, que con absoluta falta de comedimiento se auto-denominan “artistas” que se apropian de la representación de todos los de su profesión, cuando no lo hacen en nombre de “la cultura” y la progresía, y sientan cátedra sobre el bien y el mal y critican a una sociedad que les posibilita su existencia, el desarrollo de su profesión, la libertad de expresión y, al cabo, los nutre económicamente, cuando no los hace millonarios. Por cierto, los grandes artistas, los genios, solían trabajar por encargo y pasar muchas estrecheces para sobrevivir, véase: Cervantes, Bach.
John Ford se definía sencillamente como un señor que hacía películas del Oeste. Y sus manufacturas de presunto cine de entretenimiento son obras maestras, clásicos, tragedias griegas en trajes de vaquero, que tratan sobre los enigmas más importantes de lo humano. Causa estupor cuando un mero intérprete que se dedica a repetir textos hechos por otro, o cualquier director se concede a si mismo el título de artista. Los artistas son aquellos que convierten su artesanía en arte. Son muchos menos de los que dicen serlo y generalmente los que verdaderamente lo son no se suelen autodenominar como tales. Ese título lo concede la Humanidad.
Esto...
No es esto...

Otra consideración es que no hay que confundir el artista y su obra. La obra no justifica la conducta o las opiniones del artista.

Y por último, un detalle de la condición humana (el sentimiento radical del límite): el tipo que fue capaz de escribir El Quijote, escribió también esto, quizá sentido por él:
"Yo que tanto me afano y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo"

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