Esto de la justicia es muy complicado. Se necesita independencia judicial, buenos jueces, medios. Y leyes justas o que, al menos, no vayan contra el sentido común. Ejemplo, una noticia de hace unos días:
"La Audiencia Provincial de Jaén ha aumentado la pena impuesta a una madre condenada por dar un bofetón y agarrar del cuello a su hijo de doce años, y la ha elevado a 67 días de cárcel y a la prohibición de acercarse al menor en un año y 67 días. La sentencia, que también recoge la petición de un indulto parcial, estima el recurso presentado por la Fiscalía de Jaén por un error material de la primera sentencia emitida por el juzgado número 3 de lo Penal de Jaén, y desestima el de la defensa, que solicitaba la libre absolución. En la primera sentencia, la madre había sido condenada a 45 días de prisión y a un año y 45 días de alejamiento. El fiscal jefe de Jaén, José María Casado, ha explicado a los periodistas que ya se ha solicitado al Ministerio de Justicia el expediente de indulto, pidiendo al juzgado la suspensión de la ejecución de la pena mientras que aquél se resuelve. Los tres magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia que han estudiado estos recursos desde el lunes aseguran que el "simple hecho de golpear al niño ya incardina la conducta de la acusada" en el artículo 153 del Código Penal, en el que se contempla el delito de violencia doméstica. El recurso de la Fiscalía se interpuso porque no se impuso la pena adecuada a la acusada, ya que no se tuvo en cuenta la agravante de que los hechos tuvieron lugar dentro del domicilio. El fiscal jefe de Jaén ha asegurado que el alejamiento "hay que aplicarlo estrictamente" porque "es la norma que nos ha dado el Parlamento", y ha añadido: "Si nos hubiesen dado la posibilidad de valorar los hechos, ni cuando la juez dictó la primera sentencia, ni ahora se habría aplicado el alejamiento, que es lo que ha ocasionado el escándalo social". Según la primera sentencia, está acreditado que la madre "cometió un acto de agresión contra su hijo al cogerle del cuello para levantarlo del suelo y darle un tortazo en la cabeza", y se cumplen "todos los requisitos del maltrato, aun cuando hubiese sido la única agresión cometida", ya que el niño se golpeó la cabeza contra el lavabo y sangró por la nariz. Los hechos tuvieron lugar en Pozo Alcón (Jaén), en una discusión que comenzó tras regañar la acusada a su hijo por no haber hecho los deberes. La sentencia reconoce que el niño tiene un carácter "difícil" y es "desobediente" en el colegio, y que ello era motivo de nerviosismo para la madre".
Noticia publicada el 20-12-2007
(Europa Press) Esta modificación legal está incluida como disposición adicional al Proyecto de Ley de Adopción Internacional, que volvió al Congreso tras su paso por el Senado. Así, la Cámara Baja tumbó las tres enmiendas sobre este asunto introducidas la semana pasado en la Cámara Alta con los votos de CiU, PNV y PP, que se posicionaron en contra de esta reforma. De esta manera, a partir de ahora los padres no estarán amparados legalmente para dar una bofetada a sus hijos, ya que el nuevo texto del Código Civil elimina la posibilidad de que los padres puedan "corregir razonable y moderadamente" y ahora deberán reprender a los menores "con respeto a su integridad física y psicológica". La diputada popular Lourdes Méndez no entró a valorar si "está bien o no" dar un cachete los menores, y agregó que la Real Academia de la Lengua no dice "que corregir sea pegar un bofetón". Esta iniciativa, agregó, quiere dejar a los padres sin potestad de reprender a los hijos. Por parte de CiU, Jordi Jané indicó que este proyecto de ley "no era el mejor cauce para modificar el Código Civil" y pidió que este tema no se saque de contexto. Es evidente, dijo, que ninguna formación política defiende el maltrato a los hijos. Del mismo modo, la diputada del PNV Margarita Uría defendió que el Código Civil habla de "corrección razonable y moderada", lo que, a su juicio, no significa que se ampare la violencia física. Igualmente, destacó que la Fiscalía General del Estado mantiene que la educación de los hijos implica corregirles por el bien de su educación. El diputado del PSOE Mario Bedera aseveró que la legislación no puede "consentir que se deje abierta la posibilidad del maltrato" y apuntó que "frente a la corrección debe imponerse el respeto". Por su parte, la diputada de IU Isaura Navarro afirmó que los organismos internacionales han pedido en reiteradas ocasiones que se retire de la legislación este tipo de artículos que amparen cualquier tipo de castigo físico. Además, invitó a los padres a fomentar "la seguridad, el respeto y la confianza" en el niño. Mientras, la diputada de ERC Giorgina Oliva criticó que PNV, CiU y PP no quisieran eliminar estos artículos, y solicitó que el Congreso "impulse leyes que lideren cambios". "Esta norma debe borrar de la conciencia colectiva que darle a los menores un 'cachete' de vez en cuando es bueno", apostilló.
He oído en algún medio de comunicación que el negociador del PSOE con ETA (Eguiguren) fue condenado por maltratador a su pareja.
No quiero decir que yo apoye que los padres maltraten a sus hijos, pero sí que hay algunas formas de trato que pueden causar más daño a un niño que un cachete: la mala relación entre los padres, la ausencia de la figura paterna/materna, la drogodependencia de alguno de ellos, la falta de afecto al niño, la sustitución de la atención a base de la compra de caprichos y LA FALTA DE LÍMITES (hasta hace bien poco, la cultura "progre", incluida la supuestamente técnica, ha defendido "el dejar hacer" en educación, y ahora nos encontramos con el problema de los jóvenes educados sin límites, que abandonan la educación, que agreden a sus profesores y a sus padres, que son incapaces de demorar la satisfacción inmediata y esforzarse para enfrentarse a la vida).
Hay una gran hipocresía en la gestión del sistema de justicia: el deber de denunciar presuntos delitos que se presencian, en realidad obliga a implicarse hasta más allá de ser un simple testigo, y le crea al testigo tantas complicaciones e incluso riesgos como a la persona denunciada.
Otro asunto es hasta dónde van a querer legislar sobre la vida de los demás. Qué ámbitos nos dejarán para que podamos hacer lo que queramos los individuos.
Como nota final: el poder puede dictar leyes y hacerlas cumplir, pero a veces algunas personas se ven en conciencia obligadas a no cumplir las leyes que supongan una grave transgresión de sus principios morales fundamentales (el derecho a la objeción de conciencia o como se le quiera llamar). Y si ésto hacen, no lo hacen para su comodidad; esta actitud no le puede traer más que problemas. Mientras que a la parte fuerte (los que rigen los poderes del estado) no les supone nada, tienen el monopolio del poder y la violencia de su mano y su vida no se va a ver en entredicho.
(Europa Press) Esta modificación legal está incluida como disposición adicional al Proyecto de Ley de Adopción Internacional, que volvió al Congreso tras su paso por el Senado. Así, la Cámara Baja tumbó las tres enmiendas sobre este asunto introducidas la semana pasado en la Cámara Alta con los votos de CiU, PNV y PP, que se posicionaron en contra de esta reforma. De esta manera, a partir de ahora los padres no estarán amparados legalmente para dar una bofetada a sus hijos, ya que el nuevo texto del Código Civil elimina la posibilidad de que los padres puedan "corregir razonable y moderadamente" y ahora deberán reprender a los menores "con respeto a su integridad física y psicológica". La diputada popular Lourdes Méndez no entró a valorar si "está bien o no" dar un cachete los menores, y agregó que la Real Academia de la Lengua no dice "que corregir sea pegar un bofetón". Esta iniciativa, agregó, quiere dejar a los padres sin potestad de reprender a los hijos. Por parte de CiU, Jordi Jané indicó que este proyecto de ley "no era el mejor cauce para modificar el Código Civil" y pidió que este tema no se saque de contexto. Es evidente, dijo, que ninguna formación política defiende el maltrato a los hijos. Del mismo modo, la diputada del PNV Margarita Uría defendió que el Código Civil habla de "corrección razonable y moderada", lo que, a su juicio, no significa que se ampare la violencia física. Igualmente, destacó que la Fiscalía General del Estado mantiene que la educación de los hijos implica corregirles por el bien de su educación. El diputado del PSOE Mario Bedera aseveró que la legislación no puede "consentir que se deje abierta la posibilidad del maltrato" y apuntó que "frente a la corrección debe imponerse el respeto". Por su parte, la diputada de IU Isaura Navarro afirmó que los organismos internacionales han pedido en reiteradas ocasiones que se retire de la legislación este tipo de artículos que amparen cualquier tipo de castigo físico. Además, invitó a los padres a fomentar "la seguridad, el respeto y la confianza" en el niño. Mientras, la diputada de ERC Giorgina Oliva criticó que PNV, CiU y PP no quisieran eliminar estos artículos, y solicitó que el Congreso "impulse leyes que lideren cambios". "Esta norma debe borrar de la conciencia colectiva que darle a los menores un 'cachete' de vez en cuando es bueno", apostilló.
He oído en algún medio de comunicación que el negociador del PSOE con ETA (Eguiguren) fue condenado por maltratador a su pareja.
No quiero decir que yo apoye que los padres maltraten a sus hijos, pero sí que hay algunas formas de trato que pueden causar más daño a un niño que un cachete: la mala relación entre los padres, la ausencia de la figura paterna/materna, la drogodependencia de alguno de ellos, la falta de afecto al niño, la sustitución de la atención a base de la compra de caprichos y LA FALTA DE LÍMITES (hasta hace bien poco, la cultura "progre", incluida la supuestamente técnica, ha defendido "el dejar hacer" en educación, y ahora nos encontramos con el problema de los jóvenes educados sin límites, que abandonan la educación, que agreden a sus profesores y a sus padres, que son incapaces de demorar la satisfacción inmediata y esforzarse para enfrentarse a la vida).
Hay una gran hipocresía en la gestión del sistema de justicia: el deber de denunciar presuntos delitos que se presencian, en realidad obliga a implicarse hasta más allá de ser un simple testigo, y le crea al testigo tantas complicaciones e incluso riesgos como a la persona denunciada.
Otro asunto es hasta dónde van a querer legislar sobre la vida de los demás. Qué ámbitos nos dejarán para que podamos hacer lo que queramos los individuos.
Como nota final: el poder puede dictar leyes y hacerlas cumplir, pero a veces algunas personas se ven en conciencia obligadas a no cumplir las leyes que supongan una grave transgresión de sus principios morales fundamentales (el derecho a la objeción de conciencia o como se le quiera llamar). Y si ésto hacen, no lo hacen para su comodidad; esta actitud no le puede traer más que problemas. Mientras que a la parte fuerte (los que rigen los poderes del estado) no les supone nada, tienen el monopolio del poder y la violencia de su mano y su vida no se va a ver en entredicho.
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