martes, 3 de febrero de 2009

El perro del hortelano y el agua que se pierde

El agua es la vida. Mientras desde que se ha paralizado el Trasvase del Ebro ya ha habido varias inundaciones en toda su cuenca (como en el momento actual pasa), y ese agua, después de destruir los campos que con contención podría haber regado, se ha ido al mar. Mientras las elecciones facilitan que los políticos usen la gestión del agua como arma arrojadiza, las ayudas europeas para el trasvase se pierden para siempre. Mientras se le llena la boca a José Luis Mentiroso Zapatero anunciando que va a luchar contra el cambio climático (hace propaganda desde hace 5 años pero no conozco aún ninguna medida real -incluida la intención de su ministro Sebastián de regalar bombillas-), la desertización y los incendios en España avanzan (también en comunidades gobernadas por gente llamada de izquierdas). El rural y la agricultura languidecen. Mientras los políticos ofician su profesión (la gran mascarada de los que hacen de gobierno que no gobierna -y se permite el lujo de decir que la oposición no colabora-, y de los que hacen de oposición que no sabe ni donde tiene la mano derecha -con perdón, nunca mejor dicho-) y expolian al contribuyente para su lucro. Mientras el trasvase que se iba a hacer a Cataluña y que remediaron unas lluvias se olvida, se volverá a manifestar necesario dentro de algún tiempo, cuando vuelva a padecerse una sequía continuada por aquellas tierras, pero ya no será polémico hacerlo porque no será necesario para ganar o perder unos votos. Mientras el tiempo pasa y ni siquiera hay campañas para favorecer el riego por goteo, porque ¿qué político va a gastar un duro en el campo?; mejor dicho, ¿qué político va a gastar un duro en resolver problemas reales?

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