lunes, 9 de febrero de 2009

La experiencia es la madre de la ciencia... y de la humildad

Igual que a los políticos se les debiera de exigir obligatoriamente y como requisito ineludible haberse ganado la vida anteriormente fuera de la política con cierta solvencia durante unos años. Es decir, haber tenido contacto con la realidad, con lo que cuesta ganarse los cuartos a cualquier persona, con lo que se le pide a un ciudadano normal, para evitar la mediocridad y la corrupción en esta casta parasitaria. Así también se debiera requerir de los jueces previamente a serlo, un tiempo de vida como ciudadanos normales, quizá como simples abogados, o en algún otro cometido que los ponga en contacto con la fragilidad y el conocimiento del ser humano. Después de sacarse la carrera, luego están encerrados preparándose la oposición, y si lo logran, con poco más de treinta años, se ponen a juzgar sobre lo divino y lo humano, a decidir, en parte, el destino de otras personas. Es necesario absolutamente que conozcan la ley, pero es igualmente imprescindible que hayan vivido lo suficiente como para haber experimentado la vida por ellos mismos, no solo por los libros.
He oído que los césares o los generales victoriosos de Roma, en las grandes demostraciones de honores del pueblo, tenían un esclavo a su lado repitiéndole algo así como: "acuérdate que eres hombre".
Y es que ser político o ser juez, no lo puede ser cualquiera.

1 comentario:

  1. Desde el principio al fin suscribo tu reflexión, A modiño.
    Así debería de ser... y quizá "otro gallo nos cantara".

    Saludos cordiales!

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